sábado, 12 de febrero de 2011

El Feminismo Marxista y Socialista

El feminismo marxista es una corriente de la teoría feminista que defiende la abolición del capitalismo y la implantación del socialismo como forma de liberación de las mujeres, partiendo  de la idea que el sistema capitalista tiene sobre la opresión de las mujeres, desigualdades económicas, confusión política y moral burguesa.


Las explicaciones teóricas feministas marxistas sitúan las relaciones entre los géneros en el contexto de la reproducción social de las relaciones de clase. Las mujeres están oprimidas debido a su papel en el seno familiar y la división sexual del trabajo. Un aspecto fundamental de esta perspectiva es la identificación de las relaciones familiares con la forma capitalista de producción y el cambio sólo podrá llevarse a cabo a partir de un cambio radical de la estructura económica de la sociedad.

Según el marxismo, en las sociedades capitalistas el individuo forma parte de una clase social, la cual determina sus capacidades, necesidades e intereses. La subordinación de la mujer es vista como una forma de opresión que es mantenida porque sirve a los intereses del capital y de la clase dominante.

Por otro lado, el feminismo socialista trata de combinar el enfoque feminista marxista con el feminista radical y sostiene una crítica tanto al sistema capitalista como al patriarcal. Este moviemiento nace en el momento de expansión de la industrialización y del surgimiento del movimiento obrero y por tanto se centra en las mujeres de la clase obrera y en sus condiciones de trabajo, así como de la incorporación de todas las mujeres al mercado laboral como una manera de independizarse de los hombres.

Los primeros grupos se forman a finales de la década de los sesenta con mujeres provenientes de la Nueva Izquierda y de la organización feminista liberal NOW y estaban muy influenciados por el feminismo radical. En esta perspectiva se defiende que las mujeres padecen una opresión específica por el hecho de serlo y que existe un sistema de dominación masculino específico: el patriarcado, que es una estructura de relaciones sociales de poder que tiene su base material en el capitalismo. Las distintas posturas entre las feministas socialistas radicaban en la comprensión de cómo se relacionan ambos sistemas de dominación.


El feminismo socialista ha constituido el desarrollo más profundo del marxismo. Poco a poco se va entendiendo que sin la dimensión feminista, no puede hablarse hoy de socialismo. Por otra parte, el feminismo socialista ha construido un complejo entramado teórico y muchos de los conceptos y debates que han aportado continúan estando en plena actualidad.

Algunas de las autoras enmarcadas tradicionalmente en la corriente del socialismo son Flora Tristán y Clara Zetkin.

Elena López

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